martes, 9 de abril de 2013

ISMAEL GAVILÀN / EVOCACÌÒN DE GEORGE TRAKL


En el dorso de la noche
duerme la amenaza del mundo celeste.
No porque exista el descenso
de nuestra piel en la interrupción del fruto
o porque podamos vivir a la intemperie de cualquier catástrofe.
Tal vez en la cicatriz del aire
el habla del verdugo sea la facilidad para atraer nuestro rostro
a ese umbral donde la ceguera es preñada
por la respiración que nos viste,
quizás una señal donde gime sereno el corazón que atardece.
Pero los días transcurren ajenos a toda blasfemia,
negando oscuridad en su mensaje difícil:
el tiempo es tentación cuando ninguna estrella
retorna del jardín cultivado por la noche.
Sólo en el sueño se abre el cielo con su apetito voraz
al ser humedecido el país de la muerte

No hay comentarios:

Publicar un comentario