Gallardo y sin excusas
el hombre de negra levita
se acerca
regresa el agua
a mi voz encordada
Asoman de su carruaje ruidos funerarios
una daga
Promete asilo
abundancia
que hará crecer la entretela
de mi sostén
dice
que amará
a la mujer que atrape
de espaldas al espejo
Estira su lengua
a trazos imperfectos
perfumando mis redondeces con manzanilla
decora mi sepultura
con su gozo
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