lunes, 15 de abril de 2013

RONALD HARRIS/ ANOTACIONES PARA REPETIR EN SILENCIO


Todo ocurre a una velocidad incomprensible

el día
la noche
la voracidad de los apetitos

todo se confabula y se precipita
en la gravedad prístina de mis abismos

ni los sueños ni las despedidas
ni el este sopor vertiginoso
nada presagia tanta nada

a pesar de los nombres atesorados
que duelen en la lengua
como cuchillas de un metal espurio
la sabiduría del olvido
no me conmueve tanto
como la melancolía

a orillas de una cama (a ratos fría)
mis pies pretenden partir
dejando los ecos arrodillados
como niños frente al velador

a veces
tan solo rezar a lo desconocido
nos ayuda

entregarse a esa perplejidad
que llamamos fácilmente fe

mis dedos se humedecen en los labios
esperando tal certeza


continúo

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