martes, 9 de abril de 2013

KURT FOLCH/ VIAJE NOCTURNO (FRAGMENTO)



VI

Mediodía, hora de los muertos.
Duelen los ojos, el sol
sobre el mar.
La arena arde.
Ni las rocas, ni los árboles allá lejos
ofrecen sombra, en esta luz árida
qué hemos encontrado?
una gaviota blanca y hambrienta
sobre el roquerío, el polvo de las caravanas
rastros de algún paseo familiar
calor
calor y sopor
en nuestra piel mil veces partida
con la lentitud de estatuas haciéndose polvo.

Mediodía, hora de los muertos.
Qué hemos encontrado?
los restos de un barco carcomido
trozos de vidrio entre las piedras
una red rota entre míseras estacas
algas y remos que se pudren
las ruinas de un imperio estéril
donde nos detuvimos a comer en silencio.
Extrañas mujeres de luto
apoyadas contra los viejos muros de piedra
de una miserable parroquia
nos miraban y sonreían nerviosas
como oscuros animales pequeños
todas viudas de vagabundos, campesinos, pescadores
en un pueblo de matorrales y flores secas.

Teníamos sed y no había agua.

Mediodía hora de los muertos.
Qué hemos encontrado?
cierta hora del día
cierta luz que crece y decae
sobre todas las cosas
sobre ti sobre mí
determinando el orden preciso
para nuestro miedo
y nuestra nostalgia
buscando el comienzo
de todas las noches
para volver a partir
tras la ruta de cualquier barco.

Mediodía, hora de los muertos.
Hemos encontrado
tu casa abandonada entre los árboles
el cráneo del asesino
que vio correr su sangre sobre la nieve
el cadáver fresco
de una mujer hermosa
inmensa y blanca
partida en dos
entre espigas secas
inconsolable en su muerte.
Vimos al anciano
y a la anciana
dormitando la siesta
a la entrada de un templo vacío
y supimos que morirían
cuando pensáramos en la muerte.

Mediodía, hora de los muertos.
Todos los puertos se han hundido.

Dios, sopla sobre estas ruinas.

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