martes, 9 de abril de 2013

GRACIELA HUINAO/ NAWEL BUTA


A veces
en las azules noches del sur
a mi puerta llega
el agónico canto vegetal
del Nawel Buta.
No sé si es
cuando agita sus ramas
protestando
porque le han arrancado los ojos
o en el momento
en que desangra sus ríos
por el mutilamiento
de sus brazos.
Se rompe mi alma
en angustiado canto de araucaria
y voces antiguas
acuden a mi puerta:
solo yo
entiendo sus lenguas
que frías de miedo
surcan la selva
para morir en ella.
En mis ojos
se pierden
las últimas estrellas.

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