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Para Alen, luz derramada
por los astros en la noche
El invierno trae en sus ojos
caminos por donde se alejan
todas las carretas.
Fantasmas buscando el vino
que brilla en la oscuridad
soledad de los armarios.
Aún nos queda buscarnos
calor en nuestros cuerpos
como se busca la moneda más escondida
dentro de los bolsillos del padre. Soñarnos
los unos más fuertes que otros mordiendo
el mismo cordón umbilical.
Inicia el camino de regreso
a esa parte del mundo donde uno podría
escuchar la respiración del río. Ver
a la soledad girando
como una rueda
en torno a su propio movimiento,
Allí uno podría sorprender
a Wenteyao mirando al vacío
de agua entre sus manos.
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