lunes, 8 de abril de 2013

ALVARO BÀEZ/ HOY



Cuando los peces salen a cantar el olvido
cuando encuentres cerrada la ventana.
Tengo triste un ojo y llenare aquellas mañanas
las que observan al ángel colgado de los pies.
Poseo un espejo que me mira cuando me acerco
se fija como me alejo de las sombras
cuando sueño y las hojas descienden.

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