DIFUSÌÒN DE TEXTOS DE POETAS CHILENOS DE TODOS LOS TIEMPOS, A CARGO DEL POETA RODRIGO VERDUGO.
sábado, 13 de abril de 2013
ALEJANDRA ZIEBRECHT/ POEMA V
Puedo culpar a la noche de esta dejadez
al cansancio de mis ojos al libro que nunca debí abrir
Puedo volcar los calendarios y seguir
un rumor sordo una espía ciega
Al final de cada día y su penumbra soy la misma
Mi cabeza cae sobre el lecho y la arrastra el ruido del despojo
No equivoco el punzante instinto ni esquivo el vocablo
Todas las cosas se llaman por mi nombre
y no encuentro mi nombre cuando pienso en las cosas
La franca complacencia el grito no gritado el verso entre paréntesis
no es más que un avanzar con sigilo
Dejo mi aguja mordaz mi filosofía hecha susurro
(este decoro que atrae la sentencia de la culpa)
Devoro los versos aprieto mis nudillos
Me guardo entera entre mi espalda y mi pecho
Si no fuera por el respiro de esta infértil soledad por esta sombra
los años serían un instante el hielo que estremece
el absurdo que nos hizo crear la desventura
las vanas quimeras una apuesta del fracaso
Si no fuera por el libro que me habita con su lumbre
me acostaría huérfana sin paisaje y sin prisa
y juraría que soy quien culpa a la noche de volcar los calendarios
Sobre mí a mi lado y dispuesta está la burla del asombro
Cuando mi cabeza cae y siento el ruido del despojo
creo en el vértigo del sueño en todo lo ajeno a mí
y busco por la casa
y grito para encontrarme
y me detengo al límite de la incertidumbre
con hidalguía de lobo desafiando a la luna
Si no fuera porque sangran mis nudillos
en la última página de todo este desvelo
Cruzaría el sonido de la sílaba rezagada
como un rumor sordo una espía acechante
que ve dispuesta esta muerte tan serena.
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