martes, 9 de abril de 2013

ADRIÀN SANTINI/ SOBRE QUE AMANECE

A Sergio Infante


Mi vida se detendrá, de hecho, en un instante; al tanto está el recuerdo que se sienta a mi lado y no quiere marcharse. Se deten-drán mis días como esos viejos relojes de pared que suelen morir a la señal prescrita de un chasquido leve. El sueño ha rondado toda la mañana frente a mi ventana. Sus ojos inyectados son los mismos de antaño que vinieron una tarde de julio para llevarse a mi padre.
..........Bajo el parrón, la lámpara de carburo resistirá ante el débil axioma de las luciérnagas, pero la noche es larga y efímero el triunfo de las cosas visibles: la gema de la lámpara sucumbirá al borde de las conversaciones de los que compartimos la última partida de dominó en espera de la madrugada y la primera micro que nos lleva hasta el pueblo.
..........Con las primeras moscas desperezándose en los visillos mi vida se detiene aunque los buenos amigos o los recuerdos vuelvan a la mesa: alcen el naipe, desanden la plática de rigor, el tazón de café... y en el jardín la hermana muerta devane el rumor de la llovizna entre las flores.





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