viernes, 31 de mayo de 2013

RAÙL SIMÒN ELÈXPURU/ EL GRECO


Una reverberante chispa eléctrica
va del pincel a la alta espira gótica.
Se enciende entre las sombras el relámpago;
vibra toledo bajo el cielo cárdeno.
La carne, transparente cáliz lívido,
parece arder en arrebato místico;
y, en medio de un silencio audaz y mágico,
las manos echan a volar, extáticas,
cual palomas alzando vuelo súbito.
Y, con un revolar de alas angélicas,
con un suave bullir de extrañas músicas,
entre rostros solemnes y hieráticos,
sube a los cielos la nación hispánica.
[Dando fe del milagro, un niño pálido,
de grandes ojos, muestra un papel mínimo;
garabateado en él, un nombre helénico.]

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