Se me aceleran
las pulsaciones
del miocardiòfono
Se me agranda
la arteria oboeidiana
aorta
en tu almohada
Se desplaza
mi sangre
trinando triàngulos
tridimensionales
al alba
en un ademàn
de ansia tensa
Mis ventrìculos
y auriculas
sueñan y sueñan
como tambor
como congas
Al final
un claro de luna
alegra mi
alma
de clarinete
El estruendo
de un saxofòn
me despierta
en una tarde,
precipitadamente
en la calle
con protestas
y lacrimògenas
castañuelas
Me relaja
un acorde
con labios
de guitarra
de Silvio,
en tu jardin
de flores
pùrpuras
y sàbanas
blancas
con olor
a sexo
En el nexo
de los dos
se libera
mi corazòn
en un solo
de piano orgasmo
La bateria
me sigue
con sus pasos
tumultuosos,
rebeldes y
revolucionarios,
hasta que nace
de nuevo
de ser
proletario,
marginal
con su canciòn
que es
infinitamente
necesaria, activa
en toda lucha,
en toda imagen.
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