lunes, 31 de diciembre de 2012

MANUEL FRANCISCO MESA SECO/ A UN FALUCHO

Duende de la luz, desde tu bosque oscuro,
por martillos y cantos germinados,
enciendes de nostalgias el pasado
e inciensas con tu vela el cielo puro.

Montando el mar con ademán seguro
y en el jardín del viento encaminado,
creces albatros, blando, enamorado,
y no olvidas que fuiste roble duro.

Como un faro que vence las distancias,
cargando con los puntos cardinales
te vas falucho prolongando el río.

Y mirando tu estampa de fragancia,
como un astro en los mustios ventanales,
sopla en mi sueño el solitario frìo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario