miércoles, 25 de octubre de 2023

MARTHA VALLEJO BUSCHMANN/ESPERA

Mi alma espera 
en un rincón verde 
de la mar trenzada. 
Mi alma afina el canto de la bruma 
que cuelgan en el viento 
las gaviotas mansas. 
Retornarán los mástiles blancos 
a derramar en las noches de mi puerto 
la canción ebria de los marineros, 
las palabras de aventuras de las bocas saladas. 
Regresarán a mis veleros 
todas las bocas aquellas que se hundieron 
como luna en el coral silencioso, 
en las infinitas algas. 
Tengo desgarrado el hombro 
y el seno abierto. 
El pubis en reposo como solitaria ancla. 
Tengo el vientre colmado de espuma 
y resbalando en las piernas aquel manojo de beso 
que no regresará su caudal hambriento.

MARGARITA SERRANO MORALES/ROSAS DE OTOÑO

Perfumadas lágrimas sobre las espinas.
Lunas de colores bordadas 
sobre mi jardín soñoliento. 
El rocío duerme sobre tus pétalos, 
relámpagos esparcidos 
en el silencio de la noche. 
La mirada se pierde 
en la fuente sombría del atardecer. 
Torrente de aguas puras 
cayendo sobre los diamantes. 
Los pétalos abren las puertas de la tarde 
para que el viento traiga los perfumes 
y yo cobijarlo tiernamente en mi pecho.

MARTA ALVARADO ALDEA/DE CIELO AL INFIERNO

Me mantengo serena en el espacio, 
donde las estrellas permanecen sin tiempo, 
atrapo al silencio en la calma brisa, 
donde flamea mi cuerpo en espejismos de miradas ausentes, 
y partículas estelares trizadas de luna. 

Y me siento acariciar por lenguas quemantes, 
respirando soles deshidratados e inertes, 
volcanes revientan en lava sangrante 
cambiando la quieta esfera en trueno y relámpago, 
y mi cuerpo tiembla convulso al llanto.

MARIA DIAZ IZQUERDO/ SOLO ENTONCES

Inundaré de imágenes las redes 
hasta beber la hiel de mi naufragio 
y tú, mi barca de soledades anchas, 
de frágiles maderos, 
de ensueño penetrada, 
has cruzado las cantigas congeladas del silencio 
y en la sórdida borrasca de los vientos navegado, 
arribarás un día, lo sé, 
a un espacio del olvido que heredaste. 

Y desde el último rincón de los anhelos. 

Y desde la secuencia del último sonido 
izarán tus parcas ya extenuadas 
el santo y seña de una nueva travesía. 
Sólo entonces, tú, mi barca, 
sólo entonces, anclarás tu cargamento de sal y estaciones 
y, en la quietud indescriptible de otras latitudes, 
surcarás la simetría de rutas estelares. 
Sólo entonces, tú, mi barca, sólo entonces, 
la eternidad te vestirá con todos sus secretos 
y distancias y tus redes argentadas, 
sólo entonces, 
cogerán la magnitud profunda de los astros

EUGENIO AGUILERA/ CORDILLERA DE LOS ANDES

Océano inaudito, petrificado en lo más alto, 
en tu quietud mineral, 
la eternidad me contempla. 
Fortaleza crepuscular de dioses hoy olvidados. 
Muro del fin del mundo, 
para acercar las estrellas. 
Insólito dinosaurio fosilizado en el sueño. 
Cinturón de fuego y nieve sobre el mundo de los vivos; 
Campo del postrero lance entre titanes eternos; 
rugido de tempestades sobre parajes perdidos. 
Hasta ti vine a buscar el último líquen sordo, 
por las huellas del guanaco, 
he subido sin descanso; 
sin remontar tus alturas, 
he volado con el cóndor; 
entre el fulgor diamantino , 
cenizas he dispersado. 
Residencia de los dioses más antiguos de la tierra; 
puñales del viento altivo en furiosa acometida; 
niebla que cubre truenos, avalanchas y centellas; 
originaria pureza; inmensidad de la vida; 
yo te canto, cordillera, 
para remontar glaciares, 
por los senderos del indio, 
contando a veces guijarros, 
buscando tu alma de alturas, 
entre agrestes roquedales, 
buscando mi alma silente, 
o simplemente tu amparo. 
Espejo fiel de los astros, 
de cósmicas lejanías; caricia, 
cuando me llaman rememoranzas ambiguas; 
pechos de la madre Tierra, 
volcánica sinfonía; 
paz y quietud de tormentas, 
sobre tus cimas antiguas. 
Hogar del sol invencible en las sondas del estío; 
libro que lee el sabio; 
roca de pumas rugientes. 
Albor; torrente invencible; 
cuna agreste de los ríos; 
Sangre, fe y dicha del indio: 
cordillera solamente.

SUSANA RAMOS NAVEA/PEZ DE ORO

 La medida de la fe 
es ese pez de oro 
escurriéndose de las manos. 
Pero el oro precisa coraje 
para recoger la antorcha 
y seguir el camino. 
Puesto que son débiles instantes 
los que dura la claridad 
y la claridad sólo se destina para aquellos 
que han atravesado los bosques 
escuchando los tambores de las almas muertas 
y perdonadas en todas las lunas 
cuando la luna era el sendero único. 
Las palabras, historia.
 Y el silencio, piedad.

miércoles, 11 de octubre de 2023

MAURICIO SALGADO BUSTOS/EN LA ARENA, MUJER

El viento sacude la arena
sobre la frágil piel
de aquella palabra
llamada mujer.


domingo, 8 de octubre de 2023

CARMEN GLORIA MALDONADO/LO QUE AMAMOS

Lo que amamos se deshace en noches vacías como domingos
y lo que no tenemos se nos va como polen por el viento
porque aquí con mi cadaver desnudo sobre el mármol
más en el ocaso que el alba
descubre
que nada fui y nada tuve

FRANCISCO CASTRO/II

La fe
los delirios
la novena
mi abuela que ni siquiera descansa en paz
los mismos
tus furibundos ojos de Dios que a nadie asesinan
quién se hará responsable de estos versos

¿te atreves?
demencia que de claridad no tienes nada
 

LUZ ORFANOS/ NADA MÀS (FRAGMENTO)

Ya nada más
                     puedo escribir de ti
Nuestras alegrias y pesares
secretos a voces son
y aquello
                              tan ínfimo
se ha desparramado en lágrimas mías.

ZAIDA SOTO/ SIGNO

Aries nace
tras la larga noche recuperándose
fuego primitivo
mitad piedra mitad madera
abrazo profundo de elementos ancestrales

En mis manos
olor de campo
preparando la presa
musculos veloces
un leve gemido
eco sobre rocas
penetrando.

TRINIDAD VICUÑA/ VISIÒN

Presas de la carne
atadas por los pies
formadas en hilera
mareadas.
Tanto jadeo mata las ganas
y los brazos revocan al cielo
como acróbata de circo:
así veo tus pestañas.

TOMÀS AYLWIN/ VII (FRAGMENTO)

Es al desperdicio y la derrota
lo que el mar al agua
y las alas al viento