lunes, 3 de junio de 2013

MAGDALENA BENAVENTE VIO/ AMANECER


Lo veo
Estamos todos allí parados marcando el paso
Nos hunde el viento solitario de Cristo
la cabeza las manos abiertas

mientras tanto juega en su tumba la diosa con serpientes vivas

En la hora nueva lo veo sentimos convulsionados
sentimos algunos de los rincones en que padecemos

El amanecer se va levantando
la albacora transparente
abotonándose luz

Para ir recayendo se abre el amanecer en su huella blanca de gas
ese encierro de cuerpo presente en mal estado

El amanecer las alas manchadas de inmundicia
por donde caen larvas bajo los parpados en movimiento

Recaida la carne se expone en cuerpo presente el viejo hito que restaña en la sangre

¿Madruga ya la diosa en su jaula de sepultura?
levanta desde el fondo la base del esqueleto que arde su imagen de nudo y ojo
su pelo fermentado por las esporas del tiempo

En esos espejos la piel se muestra tal cual es

Hoy silencio doble y mitad de amor.

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