lunes, 10 de junio de 2013

FELIPE POBLETE/ LA LUZ DE LAS VELAS



de copa en copa la triste huida
hacia veladura en telas de puerto
o como si mi Nombre no pudiera
desde tu boca ser lanzado.

Vamos
compartiendo, amada, las sábanas
de las manos: todos sus verdes pinos
mientras desiertas las zonas nos dan
la bienvenida:

“Extranjeros, en nuestras pieles
hallarán confort y reposo
a vuestros pesares y huidas.”

Arriban las velas hasta el silencio
y nuestro tiempo (guardado en bolsillos)
se desmiembra de su natalidad


P r o n t o
dices sin siquiera mirarme
ni mirarte tú viva, como
si fueras un cine vacío
o fueras promesa de lluvia.


En esta estadía los pastos miden
nuestra permanencia por el pujamen
y cada minuto volcado al Tiempo
es tiempo anquilosado
a la frágil memoria.

Besaré todos tus pasos, amada
de las velas traeré el blanco Blanco
espacio de los fuegos
traeré la Luz de las velas.


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