domingo, 9 de junio de 2013

GUILLERMO KOHNENKAMPF/ CAMINO DE DAMASCO (FRAGMENTO)



Y un día estarás triste y hastiada de la vana
y pretenciosa charla de tanto admirador;
sentirá la nostalgia de una tristeza hermana
y acaso, sin quererlo, recordarás mi amor.

Recordarás mis ojos cerrados por la pena
–bajo la pena tuya comprenderás su afán-
y entrarán por tu alma ternuras de azucena
y en la quietud del huerto mis pasos sonarán.

Mas yo estaré muy lejos, quizá bajo una fría
llanura desolada o al pie de algún ciprés;
se habrá marchado mi alma al clarear un día,
llevándose tu imagen para amarte después.

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