sábado, 2 de abril de 2016

CRÌSPULO GÀNDARA/ EL HUNDIMIENTO DEL ANGAMOS



Escucha, mi destino:
¿Por qué eres tan tirano
con este suelo amado
que quiero con fervor?
Tú eres inexorable:
se hundió el transporte Angamos,
dejando como huella
la angustia y el dolor.

En una horrible noche
después de un año justo
de aquella triste fecha
allá en Alpatacal
el mar, embravecido,
nos troncha tantas vidas
que llenas de esperanzas
surcaban por el mar.

Así fue transcurriendo
aquella triste noche
y luego en el oriente
surgió el amanecer
sólo quedaban restos
de aquella muchachada
que entregaron su vida
cumpliendo su deber.

El comandante Suárez
allí encontró la muerte,
dejando en este mundo
envuelta en el dolor
a su querida esposa
que hoy llora sin consuelo
y también a un hijito
que era el fruto de su amor.

Guitarra, calla un poco
que mi alma se halla herida
con este rudo golpe
que sufre mi nación.
Mil lágrimas me ruedan
al ver a mi bandera
flameando a media asta
envuelta en su crespón.

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