martes, 9 de abril de 2013

GUILLERMO RIVERA/ LA AVIDEZ DEL AUTOR (FRAGMENTO)



El español es una lengua opaca con gran número de
palabras fantasmas.

J. L. Martínez


EL VIENTO QUE ARRASTRA TANTAS COSAS
Me hace añorar las baldosas del Sindicato de la Unión Lechera
Añorar los viejos goznes de la maestranza
Y los cuerpos de cada una de las mujeres que amé.
Pero a esa hora en que el alero de la capilla
Modifica la sombra de los abedules
Y la autoafirmación de los muertos trabaja subterráneamente
Divisé cerca de los tambores a las Meninas de Velásquez.
Ellas pidieron permiso para entrar y bebieron café y se burlaron
Y quisieron instruirse acerca del sueño y la realidad
Y así fue que les hablé.

Vayan hasta el local del Danubio Azul
Sentirán el aire que se confunde al vapor de las hornillas
Verán el brillo de las estanterías y las lentas ondulaciones a la contraluz.
Parados sobre el vacío
Los rostros velados por el humo se relajarán
Y sabiendo que ustedes han caminado en la época dorada
Y pisado las costas del Nuevo Mundo
Beberán coñac y pasarán sus manos sobre las mejillas de la querida del Suaso.
Ustedes no se perderán de nada
Pues ya habrán contado los cuerpos en las veredas
Las luces sobre el asfalto
Y los charcos renovados por la llovizna.

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