lunes, 29 de abril de 2013

CARLOS DELGADO PAEZ/ REAL



En el viento clorhidrico se sumerje mi mente
hiperboreal, en los puntos cardinales
controlados por quienes soplan el viento.

El torno de mi alma inmutable flota
envuelto en la lengua del
activador riego translatente de hielos
purpurecentes;
simples camas vegetales donde duermen
estrellas imaginarias.

Pero todo es un elastico temporal en pleno
estiramiento silencioso.
Ningun espiritu,
ninguna mente desnuda la semilla ritmica
de la realidad.

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