martes, 16 de abril de 2013

GEORGINA CANIFRÙ CANDIA/ PRISIONERA


Nos cuentan dos veces al día
uno
dos
tres
digo once

Con la mirada en mi archipiélago lejano él me saluda
convicta de la sombra que despega del pensamiento
me desprendo también en una forma sutil
y el latido se hace innecesario
para todos los actos que sostienen la tierra

Residente perpetua
no saldremos del contorno de los ojos ahogados
pero he comenzado a avistar el dorso de mi pensamiento
el gesto de mi cuello asciende
y me vuelvo loba que aúlla

De la trompeta crecía el musgoso nido del océano
el viento nos meció tantas veces
el sueño entonces se desprendió de la barca
y cuando llegamos nadie nos esperaba en la fogata entumecida
convicta en la galería que sólo especta el paisaje

Amada definición inaccesible
acertijo de aire
acertijo de sonido
de piel desaparecida en los montes
que un día fueron profundos

En mi corazón habita un dragón que quema en el alba
una fogata primitiva ilumina caminos de sangre
yo veo la fogata del cielo con los ojos abiertos
pero la expansión invertida me provoca derrames de
murciélago

Despierto en un cuerpo que no conozco de antes
el pelaje ahora es otra piel
en esta agua que me cobija del cielo
que me cobija de tu mirada hiriente
de la bala en tu lengua
Siempre corrí por el sendero descalza
y no me siguieron apareados por la noche los lobos

No fijaba la mirada en cosa alguna
el paisaje no era paisaje
todo pertenecía ya a mis ojos cuando en una cruz
me lanzaba sin sumergirme
en aguas que eran aire
en cielos que eran desiertos
en araucarias de leopardo

Y las huellas en el lodo eran iluminadas
por la luna del propio cielo que era el propio desierto
y el propio aire
que era la respiración y su origen



MI CORAZÓN ES UNA NIÑA BORRACHA
QUE NO VUELVE MÁS A CASA

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