viernes, 19 de abril de 2013

REINALDO MORALES/ INTERNADO


Larga pieza, que parece hospital
o pesebrera por su olor a urinarios
viejos catres que posan en hilera
con sus blancos ropajes,
parecieran mil novias que esperan sus donceles...
Allí, entre la blancura de sus tules
o la penumbra de sus luces rojas
¡Cuántos recuerdos a ocultarse vuelan!
De la casa, el hogar, la muchachuela,
que allá en provincia prometiera un día
escribirme una carta, una siquiera,
una sola... que nunca llegaría.
Y luego un inspector, con torvo ceño
se pasea a lo largo de la estancia
parece un sembrador a la distancia
que allí en la pieza desparrama el sueño.

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