He vuelto a la Montaña a musitar tu nombre;
a dialogar de cerca con la argentada estrella;
contemplar, extasiado, milenarias sonrisas;
embriagarme en silencio bajo el manto de seda...
Ha vuelto a la Montaña mi aliento peregrino;
la voz aùn no se apaga y sube por las laderas
clamando a los vientos y en su eco repetido,
rebotando en las rocas, la acaricia y la besa....
He vuelto a la Montaña y un càntico martilla
el insondable plasma de las verdes arterias;
incontables barrenos taladran las entrañas
y en las vetas, un himno al trabajo resuena...
He vuelto a la Montaña para escalar su cumbre
y extendiendo los brazos ceñir toda la tierra;
amar la serrania, las cimas y quebradas
y renacer de nuevo cual feliz primavera...
He vuelto a la montaña agreste y solitaria
para sentir del cielo la inefable presencia
y aligerar el alma de pecadora carga
y blanquear los huesos en su abrupta sierra....
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