Por la perla que me diste
mis labios guardan silencio.
En èstas cuatro paredes
habitan las estrellas invisibles de tu amor.
Me engendrò
el llanto y el placer
luego dancè sin razòn
en curvas por calles y vitrinas
desde este rio inconsciente.
Fui la novia y el verano
me armaba
una ronda de arena en la cintura.
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