viernes, 23 de mayo de 2014

GUSTAVO RIFFO/ VOLVER


Para qué
Las blancas noches
aguardando
por el accidentado amanecer.

Si las húmedas baldosas
inspiran lastima;
para qué la novedad
de tu boca marchita.

Si el recuento de tus años
lo veo cada día,
por si acaso recorro
las envolturas sumisas.

Quebrantos de dolida marcha
amamantados de ira;
para qué la lejanía,
en tu rostro, ya vacío.

Y corre la esperanza
en la mundanal ventana.
Quisiera de tu cuerpo
extraer la raíz podrida.

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