martes, 13 de mayo de 2014

BORIS IVÀN LAVÌN/ LA VOZ DE AFRODITA



Tu voz es tan delgada en sus pájaros
Tan fina en su brisa de nebulosas
Tan simple como el hueco de un abrazo

Tu voz llega hasta los barcos de mi corazón
Y coloca una flor sencilla y sola
En el amanecer de mi boca.

Tu voz tan larga y tan corta
Desgarra y limpia mi oído
Inaugura la luz de un niño en mitad del mar
Lanza estrellas al universo de mi nariz


Es lenta y dulce
Como el vientre de una madre
Es sola y profunda
Como la lluvia de las despedidas
Es el primer y el último soplo del mundo

Tu voz tan sencilla como el trigo
Pero tan alta como una caricia
Cuando la escucho ya no soy
Mi cuerpo se adelgaza
Hasta volverse un murmullo
Y todo se hace transparente
Como una mirada detenida en la eternidad.

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