lunes, 17 de noviembre de 2014

MARIETTA MORALES RODRIGUEZ/ DIARIO DE MOTOCICLETA


Es el ondular
de un pequeño felino ,
sobre la espalda del actor .

Los ecos de las barriadas ,
Los juegos
de los grifos ,
en los callejones de ilusiones .

Las calles tibias ,
el almacén del barrio ,
del circo ambulantes
de las calles de Buenos Aires .

Los anuncios del teatro
con el salto de los saltimbanquis .

Es construir
la cartografía de los versos
de una ciudadela furiosa ,
en el laberinto ,
de ese eje que provocó ,
las miles de revoluciones ,
en el corazón de una
doncella de hierro .

Los caminos de un desierto
por la vértebra de Fuster .

Reviviendo el sonido de la
Poderosa ,
en el brillo de esos ríos ,
que divide las manos carcomidas
por las grietas de una damisela
siniestra .

¡ Fuster ¡ ¡ Fuster ¡ ¡ Fuster ¡ ,

el grito de las hierbas ,
por el rostro
de esos vuelos altiplánicos .
El descender de los virus de la
portada de un diario ,
tapizado por bueyes .
Las cocinerías , los mercados , el aroma de las frituras
y el reflejo de Fuster
de las crónicas de esos diarios de motocicleta .

Es el silencio de los reflectores
de la alfombra roja ,
el vértigo entro por tu ventana ,
en la mirada de las luces
de la vieja sala de teatro .



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