martes, 17 de junio de 2014

CAROLINA HEPP PLESCH /AUTORRETRATO


Vivo en el silbido de una partitura
con las medidas de la tierra por formar,
dejando en grado máximo
el tiempo en cada segundo que ya no será vivido.

Con la negra calma de ver caer la noche
y la intocable emoción de contemplar la creación
de aquellas lejanas estrellas
donde apuesto la utopía de mis sueños.

Guiando desde las candilejas
a los pequeños seres ocultos,
en grietas de concreto que carcomen lentamente
el cálido latir del corazón en la ciudad.

Viendo morir la lluvia
que renace entre la floresta como abrigo de frescura
para descansar entre huèrfanos pétalos
al otro extremo del techo azul del firmamento.

Tras el camino errante de tu sombra de marfil,
que duerme junto al océano,
entre las promesas que albergaron las aves
hoy volando ocultas por unas horas.




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