Mujer de minero atacameño,
mujer del cerro de Atacama,
¡Si supieras la importancia
que tu existencia guarda!
Eres la madre, la hermana,
la que consuela y da aliento,
la que cura las heridas,
la que esconde el sufrimiento.
Eres oasis de paz,
eres ardor en el lecho,
¡Si hasta las piedras se ablandan
cuando pares en el cerro!
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