Un cigarrillo. Y otro
La noche se va. Se olvida.
Me espía un pulso ciego que aleja la muerte.
Arcos de luna se despegan
cuando miro al cielo
y todas las noches son un mismo embrujo largo,
silencio y fría sospecha. Es mi mano
que sondea un viento negro
para tocar el sol.
La noche se va. Se olvida.
Me espía un pulso ciego que aleja la muerte.
Arcos de luna se despegan
cuando miro al cielo
y todas las noches son un mismo embrujo largo,
silencio y fría sospecha. Es mi mano
que sondea un viento negro
para tocar el sol.
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