No es la flor de la luna.
Es la flor de la sangre, boca roja que grita:
No es el fuego quien arde.
Si en los trigos su herida se abre y cierra en la tarde, la amapola pequeña dice siempre:
Soy sangre.
Las hormigas horadan allá dentro tu carne, corazón que ya brota, por la flor, a este valle....
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