Cada vez que hacemos
y deshacemos el amor
nace un niño distinto,
nuevo de colores.
Y ese niño
a veces se escapa,
otras nos llama a seguirlo,
o se queda estancado,
atrapado dentro
de nuestra soledad.
Pero esta vez te pido
que dejemos de hacernos niños
y nos convirtamos
nosotros en ellos,
para ver si así
nos pintamos de colores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario