lunes, 28 de diciembre de 2015

ASPASIA WORLITZKY/ LA PARTIDA DEL HIJO


Te fuiste caminando lento,
llevabas los hombros tristes,
el pelo largo y liso.
En silencio miré como te alejabas,
no sabías, eras feliz.

Te saqué de mi tibio vientre,
en mis brazos te cubrí de aureolas,
no sabías y te quedaste quieto.
Tus grandes ojos
se enmarañaron de sombras misteriosas.
“Estamos de paso”, dije.

Tu mano pequeña se quedó en la mía,
tu sonrisa en mi sonrisa.
Te ibas.

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