lunes, 28 de septiembre de 2015

CATALINA CARRASCO DE BUSTAMANTE/ AL MAESTRO



Allá va el maestro. Lleva de la mano
un grupo de niños como el Buen Jesús.
Se dice su amigo. Se dice su hermano
y abriendo los ojos los baña de luz.

Los niños lo quieren. El es bondadoso:
es justiciero amante del bien
y en medio del corro, se siente orgulloso
de saberse dueño de todo un vergel.

El hombre que tiene el alma de armiño
es hombre que sueña y que ama a la vez.
No hay nada, se dice, nada como el niño
y explora su mente con amor y fe.

Cultiva sus almas en las blancas redes
del afecto puro que sabe brindar
y por eso el niño siempre cede y cede
a las enseñanzas que le sabe dar.

Bendito maestro, que entregas tu vida
como una cosecha de frutos dorados
para que en las aulas sea convertida,
en pan del esplritu y en vino sagrado.-

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