Esta sustancia incierta
àvida y retràctil
iracunda y atònita
aciaga y prodigiosa
esta vida que llevamos en las manos
como una copa de aire
de hojarasca o de infinito
sòlo tiene dos sitios donde roer su estrella:
el esplendor que todo lo reclama
el agujero negro que se traga a las lucièrnagas.
No hay zonas intermedias.
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