domingo, 18 de diciembre de 2022

JOSE AGUILAR BRACAMONTE/FATALIDAD


No pidas eternos imposibles.
nuestro amor, como purpura de ocaso,
calladamente también ha de apagarse.

Si, nació por sí mismo, como vertiente,
y se derrama, sonoro, en las arterias...
pero no hay eternidad en la primavera.

Al amor basta flamear un minuto
glorioso en los mástiles del alma,
cantar de madrugada y morirse.
El cadaver del pobre amor extinto
lo buscamos, después, en otros labios.

Eso a los humanos es muy triste.
Pone sabor de lágrimas en el beso
y en el alma, visiones de derrota.

Bebamos ahora en la onda voluptuosa,
antes de la noche, antes del olvido. 
Quizás mañana estará aguardándonos
sonriente al otro lado de la vida
este amor, que, como todo, ha de morirse.

 






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