sábado, 21 de octubre de 2017

BERNARDITA HURTADO LOW/RETRATO



Vivo en la cordillera

con el alma pendiente de las nubes

tengo días precarios y otros mejores,

son esos cuando la casa se llena de silencio

y los membrillos resuenan en el techo.

A veces me purifico en la neblina del alba

y aprovecho el buen tiempo

para colgar mis penas en el patio

y sacudirlas del invierno y sus dolores.

En las tardes, mientras en la cocina

desgrano penas y arvejas,

puedo saber si mañana llueve

cuando en el mallín cantan los teros;

entonces, llega la hora

de atizar el fogón

y cocer el pan

en el rescoldo del olvido.

1 comentario: