sábado, 30 de septiembre de 2017

JULIETA PAREDES/VOCES DE SERPIENTE



Yo no sé de la sangre endulzada por palomas
Yo no sé de hogares ni de nidos porque no han
dejado huella en mí
Yo no sé de la mañana ni de sonrisa y una
oración
Yo no sé de los enfermos arrastrando sus
harapos
Ni de las mujeres que anidan pájaros profetas
Ni de los hombres con brazos de alambre
Ni de los perros que ofrecen su cuello para una
soga
Ni de las perras que lamen manos de piedra

Yo no sé de las mujeres que comparten su lecho
como hostias
Yo no sé de las niñas que escalan el viento
juntas
Yo no sé de las madres porque en mí no existe
sangre para eso
Yo no sé de los barcos que arden en el ocaso
del sueño
Ni de las postales que se envían a los amantes
en París
Ni de las castas que llevan una flecha por boca
Ni de las princesas que galopan hasta que el
otoño sonríe
Ni de los lobos que preparan una cueva y una
antorcha
ni de las víboras cuyos ojos envenenan
la sangre
Ni del deseo por la muerte
Ni del deseo por la sangre de gacelas
Yo no sé porque se descascara mi proa cuando
abres tu blusa
Ni porque el recuerdo se detiene como semilla
de cardo en mi boca
Ni porque son pálidos mis versos
Yo no sé de costilla, ni barro
Sólo entiendo del silenciosos colibrí que enjaulo
cuando se acerca tu viento
Y de las sombras que son estelas bajo luna
llena.

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