El ineludible afán de la trasmutación
explica
la sacra inmortalidad de los códigos bendecidos
más no hay más sabiduría en un hombre
que en la estructura de la abeja
o
en la red de la araña,
teniendo esto en cuenta…
Aquí
cualquier bicho
puede ser
Dios.
Excelente poema. Muy bueno...Aquello de que cualquier bicho puede ser Dios, simplemente genial.
ResponderEliminarUn abrazo.