Infancia azul que vuelves de la lejana aldea
con los primeros juegos, con las primeras letras…
Y estás aquí lo mismo que en mi pequeña aldea
trasminándome el alma, con brisa de sorpresas:
la novia de 10 años, mi trompo, su muñeca,
y el gemido infinito de la hojarasca seca.
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