MARITZA GAIOLI/ ¿Y QUE NOS QUEDA?
Elevar la mirada
para contemplar
algún fragmento de cielo
distante, nebuloso
como un lamento
Nos queda observar
a ese gorrión
sobre las ramas
desnudas
Mientras
acariciamos las gotas
que olvidó la madrugada.
Nos queda
esperar que disipe
la niebla
o quizás
implorar a Dios
para descubrirlo
en este empedrado
de ciegos.
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