jueves, 17 de julio de 2014

HANS PAUL MANHEY/ ALIENTO DE VIDA QUE PERDURA


Un fuego demencial irrumpiò en nuestras vidas.
Huellas del infortunio encendieron el cielo;
quemaron la esperanza, destrozaron los sueños;
sepultando la flor, el trigo, la sonrisa.

Funestas convulsiones de los hijos del caos
y sus devastadores mensajeros de muerte.
Negras aves rapaces rondaron sobre el valle;
àvidas, implacables, invadieron tu nido.

Quedaron tus polluelos piando en desamparo.
En su cubil de horrores, purgatorio gratuito,
la mùsica ahogaba alientos profanados.

A lo lejos, los cerros, los àrboles, las nubes,
incubaban el germen del fin de la tormenta.
Brisa fresca anunciaba el caudal de agua viva. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario