jueves, 23 de mayo de 2013

PABLO BARCELO/ NOCHE OSCURA



Escampa en la noche química y
la vesícula me es tirana. Como solo
el tercer ojo puede hacerlo, rasgo
los episodios que deseo y me anido en
ellos con acidez pitonisa. Soy un
algo sagrado, un animal ardiendo en
el bajo fondo y presto a depurar el universo;
soy un elfo envenenado, una anguila tan furiosa
que podría laminar cualquier evento
con tan solo nombrarlo. Veo
a un habitante del reino
hacerte el amor de una forma maniática,
rugiente, hincado ante ti como
hembra histérica. Yo no podría hacerte
el amor de esa manera. Prefiero clamar
sobre los patos, girar insistentemente o
llamarte garrapata verde. Prefiero.
Creo, desde que perdí todos mis
dientes durmiendo y ya no hay
animal sobre la tierra que note mi
presencia más de tres segundos,
que mi mente y el ojo de mi mente son
irreales y lograrían maniatar
cualquier jerarquía de potencias que
les infarte. Veo mi muerte violenta,
elevada como surco y prescindible como
orgía surrealista; y luego los zafiros que me
corresponden, las sexuadas tarantelas:
cuántos animales hoy no se aparearán y
por qué?

No hay comentarios:

Publicar un comentario