viernes, 31 de mayo de 2013

MARIO BOREL/ NO MARLENE DIETRICH, NO


Marlene Dietrich
no puede estar tan vieja
aunque sé que todos los pájaros mueren
se deshacen
y sus huesos no desaparecen
pero ella no
si la mujer era inmortal, mientras
me conformaba con tener su fotografía
en un escapulario
que frente a frente
mira a un san Sebastián ajado y escamado
como una culebra.
 
No, Marelene Dietrich, no
y le digo a mi madre
y ella me repite lo de los pájaros
y sus huesos que no desaparecen
pero ella ahí
en una vuelta de cara
besando muchachas vestida de frac
mientras corre descalza por Marruecos
y a la otra vuelta de cara
sentada y anciana con los ojos empequeñecidos por la luz
y las arrugas que ya no dejan ver a la mujer
y solo la veo que si me la encuentro por la calle
le daría una moneda
y me da pena y risa
que ya no sea inmortal
cuando estoy sentado frente a ella en la filmoteca
y me voy triste y enrabiado y sonriendo
sin aplaudir.
 
No, Marlene Dietrich, no
yo he hecho un montón del cosas indecentes
y me he embriagado de manera vergonzosa
pero no espero estar de esa forma
y mi madre me dice que yo no lo merezco
pero ella no sabe nada
y me dice que ella no lo merece
pero ahí está en la silla
con el problema de la luz en su rostro
que ya no canta Lili Marleen.
 
No, Marlene Dietrich, no
y sé de sobra
lo de los pájaros
y sus huesos que no desaparecen
y está bien, diría
Marlene Dietrich
no te mueras para siempre
pero el san Sebastián en mi escapulario
ajado y escamado como una culebra
mira frente a frente a Kate Moss
vestida de frac
en blanco y negro.
 

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