viernes, 31 de mayo de 2013

JAIME HUENUÀN/ SOLO ESTABAS DE PASO EN EL TECHO DE SU AFECTO


Tragaste la noche como el agua turbia
/de los rezagados.
La tortilla quemada era el día
/que comías
pues del animal perdiste la cría más gorda
y en lo siguiente la vergüenza.
Toleraste la paga con semillas roídas.
Nada dijiste cuando de tu animal predilecto
/hicieron cazuela
o cuando rompieron la tregua de la cena al lacear
/a tu hembra
a la hora del mote agusanado de palabra
o huevo podrido que el azadón encuentra
/en vez de papa.
Pero cuando dijeron:
La mitad de tu pantano para el hermano
/y sus hijos
pensaste en la culebra que con piel
/alimentaste
en la cueva que ahora tendrías que buscar
para tus diálogos cubiertos de nalcas
/y helechos.
De tu bolsillo sacaste el último bocado para
/la criatura
y te fuiste al galope mascando una hoja de
/eucaliptus.
 

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