domingo, 31 de marzo de 2013

TRINIDAD VÁSQUEZ PONCE/ BATALLA QUIJOTESCA



Te soñé como mi caballero
de la dulce mirada
salvándome presto,
del ataque de los molinos de viento
que empeñados estaban
en lanzarme por precipicios
y abismos interminables.

Esta Dulcinea encantada
te esperaba impaciente
de recorrer pasajes
de miserias y angustias
que la oscuridad
se jactaba.

También te soñé
en la rompiente de las olas
o en lo alto de los cerros
no se dónde fue,
que encontré la fortaleza
y las fuerzas necesarias.
Quizás en el aliento de los

árboles
resguardando sus frutos
o en el temor de la lluvia
apagada por el torrente
del río,
aunque los molinos de viento
me seguirán acechando
toda la vida
tratando de darme zarpazos
que evitaré con la armadura nueva
que tú me entregaste.

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