domingo, 9 de junio de 2013

ENRIQUE DE SANTIAGO/ REQUIEM BAJO UNA ESPIRAL




Vuelvo a mis secretos,
màs adentro de mi habitaciòn añosa, preparada para la hora nupcial que gimiò inconclusa,
como tantas veces,
y asi aprendi a ser sobreviviente mil veces,
siempre volviendo hasta mi marsupio,
¿o hasta la recepciòn de mi memoria?
No lo se hay un compàs de espera en esto,
solo se que no soy hallado al tacto,
y puedo perderme lejos,
dentro de la hermeneutica de mi nombre arcano,
sin habeas corpus
el que palpita su registro en la misteriosa bòveda craneana,
donde se borran las vicisitudes que dijo un necromante,
para asi quedarse casi intacto, sin dudas de por medio
porque no arrastro la culpa de los anèlidos,
de forma tal y plena,
en este estanque de palabras,
que arriva para cegarme con sus sonidos àureos,
y asi no escuchar tu aroma,
nunca lo sabrè,
ese que se empina desde tus lejanias incorruptibles,
con melodias sagitarias venidas desde el inframundo,
donde te imagino inmòvil en la purga diaria
y constante,
esa que atemoriza mi adventicia existencia,
que luce blanca y lechosa como espuma,
saliendo de mis carnes,
para moverse hacia ti,
¿sin saber por què?
¿y para que?,
solo se que se trasladan a tus fronteras,
y te pronuncio con un sudor impertinente,
fuera de la biosfera llamada escena primera,
antes del saludo de la mañana precipitada en tu fuente,
la que desliza palabras en un pàramo irreductible,
desde donde me opones tus muros almenados
cuando te espio desde mi balaustros,
con una mirada de infante,
porque voy a pie,
y ademàs soy un niño,
que dejò su nostalgia en un papel de viñetas.
Una suerte de sobreviviente de la estampida del hombre.


Y una nàyade cuida hoy las napas de mi existencia,
donde bebo de mis recuerdos,
y diligente devuelvo el liquido con mis lagrimas.

Entonces vuelvo al sòtano que lacra mis palabras,
las que no digo
por temor
por no querer ser mal entendido.

Pocos leen,
solo llegan con un guiño de cortesia,
lo supe siempre,
por eso escribo para mi espejo,
y solo canto letanias para mis ojos sonàmbulos.

Sostengo las palabras para mi fenotipo,
pues queria unos centimetros de màs
y extiendo el alma para verme entre tanta criptica intersecciòn,
luego la recogo, con cuidado
como alcanzando la sublime levedad de tus auroras,
dia tras dia
en un sacro ritual intermitente,
en cada acto inùtil,
para ser solo un jornalero que se busca
sin qu el orbe lo perciba,
sin efectos para los indices bursàtiles,
solo cultivando mi sagrario, nada màs que eso
y ya sin equipaje emprendo el viaje,
hacia lo abismal encàustico de mi ser,
para no ser sorprendido en los asomos,
aunque me cueste no verte,
para asi ser ajeno al dolor de lo evidente.

Pues era el acèrrimo observador de tus viajes nocturnales,
y preparaba mis emboscadas sobre una nube orbital,
para que te rindieras a mis manos sorpresivas,
donde no hay augurios que te toquen,
solo el azar en forma de caricias,
con el temblor similar al que se expele en la virginidad
asi llegò el abrazo, desnudo.

Y tu ser despliega la humedad para la entrega
y te amè sobre una estrella fugaz,
como un beso,
como ese sueño donde me encuentras,
¿Lo recuerdas?
donde incito a las dudas
mezcla de un mal partido, y de un arlequin insano
como cuando llueve,
pues cae nuestro sudor a la tierra,
y la germina.
Y no sabes lo que siento,
de hecho nadie lo sabe.
Imagina que no soy quien escribe,
de hecho no lo soy,
tome estos versos prestados,
de un poeta que te amò en una vida anterior,
y tù lo amaste en esa vida anterior.

Pero vuelve el dia para aclarar mis dudas,
y despierto solo.....
y a fin de cuentas, ¿a quien le importa que me vaya al Shambhala,
o a una siguente esquina?

Pues soy un bùfalo sin manada,
y un selenita que perdiò su luna,
pues cantè a las flores del estìo cuando no debi,
ni sabia como.
y carguè las dudas al mirar mi brazo fundente,
tocando tu cuerpo,
tu altar erògeno,
y al sentir el vapor surgido del amor,
In illo tempore
doblè mi cuerpo entre las ramas dolorosas.

Ya que no habito con ustedes,
soy una mera ilusiòn,
el espejo canta su canciòn,
y la viuda me trae flores marchitas,
como mi cabeza,
y mi llaga pretèrita,
las que dejò la tortura,
y unos voltios de màs.
Todo lo guardo en un vaso de cloroformo,
para asi guardar mis pecados,
(que no son pocos)
Los que juzga un mundo con una extraña moral
y se rebalsa sobre mi bitàcora,
donde tambièn anidan celacantos,
para recordarme mi destino,
y el tuyo que viaja en otra direcciòn,
es lògico,
en este plano todo se viste de decisiones apropiadas,
las que vienen despuès de la densa lluvia,
esa que vendrà inèdita a develar las cortinas de un paisaje
ya extinto.

No creo en los humanos,
creo en los muertos,
que ya no son humanos,
son coleòpteros invisibles,
pues ya estàn limpios,
sin el peso excesivo de la carne,
ni con el calzado del protocolario,
solo la levedad de navegar por la isoglosa,
que conduce a mis lejanos hermanos,
los que me aguardan,
sin hacerlo.

Abro entonces ventanas con una palabra enjuta,
con un deseo,
como esporas que obedecen a la noche,
despuès de siglos de espera.

Es cuando tomo el curso lejos de los emblemas,

lo màs cerca de un aràcnido de ocho ruedas,
algo inusual,
algo irreverente,
suave y terso como un traje de pètalos,
como el vestido de Ceres,
despuès de la disciplinada germinaciòn,
el mismo que llama al amor volcànico,
en sus ciclos olvidados,
interminables,
como el sexo hermafrodito de los caracoles,
como tortugas desovando en la playa,
en la oscuridad nocturnal,
bajo los designios astrales,
que ademàs son làmparas de una antigua cartografia
los mismos que guardan mis razones,
mis devociones hacia ti,
mi vocaciòn perdida,
sepultada,
como huevos del quelonio
esperando las mareas.

Mi parpado a estas alturas ya me pesa,
pero me quiero morir escribiendo,
sòlo permiteme soñar,
por eso no respondas
por ahora...
quizàs en seis años màs,
es el rito penitente
de un ermitaño como yo,
dentro de un limbo que ya no es
el Papa lo dijo hace tiempo,
el que se muere se va directo al cielo,
pues era demasiado aguante para uin creyente,
despues de la antesala vacia de la vida,
y ante la concurrencia masiva de àngeles a poto pelado,
era mucho ya, el no haber nacido con un apellido de un Pipiolo.

No hay tiempo y eso es bueno para mi esperanza,
mi vuelo sin plagios
como una grulla isòmera,
algo parecido a una profecia,
que trae escritos bajo el ala
con soluciones oportunas en base a lo empirico,
para asi volar sobre montañas empinadas,
y corrientes indescifrables,
saliendo al paso de un archiduque retòrico,
que vive haciendo apologias sobre la monarquia,
como los necios con corbatas,
hablando de los peligros de subir el salario,
y justamente eso es un sueldo,
solo sal,
sal en el largo camino de los pobres,
los muchos,
como yo,
pues soy uno de ellos,
renunciè hace años al perfume de palacio,
con sus calesas festivas,
y sus inmorales votos
donde no entran nuestros derechos fundamentales,
tradicion republicana
donde veo niñas entrar a los autos
por dinero para pegamento,
y por eso no bebo,
solo de vez en cuando,
pues deseo afrontar sobrio la vida,
cada primero de enero,
cuando viajan las alfombras al sur,
y los nidos quedan vacios,
contando con la promesa de que volveràn
como hidras en una playa,
con el sol sobre los tentàculos,
los que quieren abrazarme,
para deciiir adioòs vida mìaa,
solo tienes que decirloooo...
la mùsica entra entonces en escena,
es un buen lugar para acariciarte,
ya que los parpados cesaron su labor,
y a medio camino cojo risas escolares,
para depositarlas en mi làpida,
como homenaje al equinoccio que se va,
y se despide de tu cabello.

Si has llegado hasta aqui,
felicito tu locura,
esto no es un poema
es un aliento toxico que paraliza,
se esconde en tu pantalla,
listo para la emboscada,
y asi sembrar flores hasta tus huesos,
no hay vuelta atràs,
ya que pasaste el punto de no retorno,
mi abrazo flamìgero era la frontera,
despuès de eso,
el exilio,
un no entenderse en esta prisiòn de genes,
buscando a otros genes compatibles,
sin poesìa
lejos de las urbes,
y tambièn del orbe,
màs allà de la cordura de la galaxia,
de lo que ni imaginas,

porque esto no es literatura fantàstica,
son los sueños,
las elegias de un surrealista,
escritas para ti,
para que me conozcas y sepas la verdad.

Sirvete y bebe de mi copa,
inhala muy fuerte,
pues abro el libro entonces,
este que sale de mi cabeza estropeada pero ilesa
una suerte de Atenea revolucionaria
y surco con la zurda el gas metano de la creaciòn,
el que abunda en un peo
¿Por què sonries?
te vas a morir,
parece un triste final para tu belleza,
pero es mentira,
tu cuerpo se graba cada segundo en la pared de una nebulosa,
al fallecer te entregan un vale y escoges el cuerpo acorde a tus alas,
niña, adolescente, mujer, anciana?
cualquier cosa es posible,
¿o no ves el bùho que enreda tu cabello pùbico?
mientras canta rancheras, liba tu piel cavernosa,
ese es mi mundo,
te lo presto,
junto con el bùho,
aprende de ellos,
del mundo y del bùho,
sabe demasiado para sus dos siglos de vida,
pues sabe leer su ADN,
como yo,
pero se menos que èl,
por eso mis amantes se han quedado con el bùho,
y las amantes de otros antes que yo en este pàramo,
¿Cuàl lugar?
¿Este que resplandece dentro de mi ermita?
Es un valle,
Ahi hago beber placeres al alma,
y tengo un camello que escribe epìstolas a sus clientes,
y ademàs es cerrajero,
fabrica llaves para Shangri-Là
y saca fotocopias de su ano,
las vende a buen precio,
solo depositas media fe en su cuenta corriente,
y te llegan por correo,
si gustas, te lo envia con una rana mensajera,
yo lo hice y le creo a medias,
bueno, sus clientes piensan lo mismo de mi.
Y nos cantan un "feliz no cumpleaños a ti",
a pesar de ser poco creibles,
pero ambos amamos a los niños,
y recolectamos amigos imaginarios,
los que quedan en el camino cuando los niños crecen,
tengo cientos en mi casa,
ellos peinan las plumas al bùho,
y me aplauden cuando emprendo sueños imposibles,
como este,
pero que importa,
me hace bien,
te harà bien,
pues el verso sana,
entonces solo cierra los ojos,
y sonrie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario