Cuando Morfeo me abandona
y no puedo ya dormir,
mi musa su lira entona
obligándome a escribir.
Si ninguna idea me abona,
si nada logro decir
mi corazón se emociona,
y es màs fuerte su latir.
Entonces, brotan de a poco,
cual de la mente de un loco,
ritmos y rimas sin par.
Y febril mi mano escribe
esos versos, que recibe
dictados por el azar.
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