viernes, 20 de junio de 2014

SOLEDAD ESCRICH CASTILLO/ DISTANCIA


Era una isla… ella, un océano.
El mundo estaba lejos.

Ella, mojaba sus riberas,
le daba peces no seducibles por anzuelos,
un horizonte circular que él siempre contemplaría a la distancia
sin tocar ni comprender.

Él, fue su tierra, su ombligo seco,
por el cuál se conectó con el silencio,
la inocencia, con el humo de las hogueras.

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