viernes, 20 de junio de 2014

OSCAR ROJAS CONNEL/ ANDANZAS CON BAUDELAIRE


La farra, los demonios y el buen vino son amigos

Esperan pacientes
En mesas sin luces
Llenas de hambrientas mentes
De sangrientas cruces.

El diablo hace diversas muecas
¡ por primera vez soy yo! Dijo borracho
abrazó a su mujer y le besó la frente
tal como lo hace, cada mañana
un esposo a su amada

Al otro costado de la mesa
una abeja le hace el amor a una flor
y un predicador las insulta.
¡Inmundas lesbianas!, ¡Naturaleza del demonio!.

Ofendido se sintió Belcebú,
recordando que él no ha creado nada
que solo es el Príncipe de las Tinieblas,
y ni siquiera sabe donde mierda queda
Si en el centro de la tierra.
Si en el centro de la sangre.
Si en el aire.
Si en el centro de una bala.
Si en el centro de una canción.
O quizás es la pobreza.

No hay bien que por mal no venga
respondió Lucifer,
acercándole una copa de vino
que el predicador llenó y vació en actos sucesivos.

Como millones de luciérnagas,
con sus lecturas,
los poetas, iluminaron el lugar.
Todo fue silencio, fue poesía
pudieron mirar a los ojos para reír y llorar.
Belleza en las letras
todo acabó, se exterminó.
Como un animal libre
como una vela que agoniza en su sangre.

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