domingo, 1 de diciembre de 2013

TANIA SEPULVEDA/ BAKKHO Y YO


He bebido con el mismísimo Bakkho
y me he dejado seducir
con su entintada mirada,
lo recuerdo nocturno;
con sus episodios vela
rodando lascivo por mis manos.


Descorrió mis rodillas
su esencia uva
con el alucinante fuego;
ató mis muñecas a la copa,
a esa copa que brilla con ojos
que huele en afrodisíacas formas
y humedeció con su lengua
el éxtasis de esa noche,
mientras yo discípula
me dejé guiar a la profundidad
sólo para experimentar la tierra
que da vida y nos hace uno
con cada gemido del cielo.


Hoy no es diferente,
esta noche no es diferente,
le busco con mi lengua,
con el roce de manos,
con el desvarío de mis ojos
y él…
Él regresa ladrón
arrebatándome el sentido,
primero despacio…
esperando resistencia,
luego cadencioso e insolente,
moviendo el piso de mis zapatos,
es cuando inicia
el bacanal tambaleo
que me desploma en el lecho
que muere al alba
sin culpables ni testigos.

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